7/13/2008

COMO SE REFIERE LA INVENCIÒN DEL AJEDREZ?....

Este juego que se llama en latìn latrunculorum ludos, y en àrabe o persa Scach, que significa Rey, nombre de su primera y principal pieza, se cree con poca probabilidad que lo inventó, durante el sitio de Troya, Palamedes príncipe muy ingenioso de la isla de Eubea, al que hacen igualmente inventor de los pesos y medidas, del juego de dados, de tres o cuatro letras del alfabeto griego y de otras cosas útiles. El propósito del juego, el objetivo del juego es capturar al rey del otro jugador. La captura no se completa nunca, pero una vez que el rey es atacado y no puede escapar de esa captura, se dice que es un jaque mate y el juego finaliza.

Otros atribuyen esta invención a Xerjer filósofo caldo que vivía por los años 340 del mundo, para corregir por medio de este juego las crueldades de Evilmerodach rey de Babilonia.

Ultimamente los hay que suponen, y sin duda con mas fundamento, que el juego del ajedrez nos ha venido de las Indias orientales, donde dicen que fue inventado por un Bramán llamado Sissa, pasando a la Persia durante el reinado de Cosroes, y de allì a Europa.

El nombre de algunas de las piezas del ajedrez, que no tienen relación sino con las lenguas orientales, acaba de confirmar la fundada opinión de que este juego fue inventado en el Oriente.Los griegos dieron a las piezas del ajedrez llamadas Alfil el nombre de areiphiles, es decir, favorecidos de Marte, porque son los que provocan el combate, y de aquì sin duda se deriva la etimología del nombre Alfil que le damos nosotros. Los orientales las representan bajo la figura de un elefante y le dan el nombre de fil.

He aquí como cuentan su invención:

"A principios del siglo V de la era cristiana había en las Indias un príncipe poderosísimo, cuyos dominios estaban situados a las orillas del Ganges, el cual había tomado el fastuoso tìtulo de Rey de las Indias.Su padre había obligado a un gran numero de soberanos a que le pagasen tributo y se sometiesen a su imperio. El jovèn monarca se olvidò bien pronto de que los reyes deben ser padres de sus pueblos, que el amor de los vasallos a sus reyes es el único apoyo sólido del trono, que solo este amor puede unir verdaderamente los pueblos con el príncipe que los gobierna, y de quien constituyen toda la fuerza y el poder: que un rey sin súbditos fieles, no tendrá mas que un titulo vano, ni logrará ventaja alguna sobre los demàs hombres.

Los brachmanes y rajales, esto es, ciertos filòsofos, y los grandes representaron todas estas cosas al Rey de las Indias; pero embriagado con la idea de su grandeza, que contemplaba eterna, despreció sus amonestaciones. Habiendo continuado estas y las quejas, se diò por ofendido, y para vengar su autoridad, que creyó despreciada por los que se atrevían a desaprobar su conducta, hizo perecer a muchos entre tormentos. Este ejemplo atemorizo a todos los demàs y sellaron sus labios.El príncipe, abandonado a si mismo, y lo que era aún mas peligroso para èl y mas terrible para sus pueblos, entregado a los perniciosos consejos de los lisonjeros, se dejò llevar hasta los ùltimos excesos. Los pueblos agobiados bajo el peso de una tiranìa insoportable, acreditaron con extremo cuan odiosa les había llegado a ser una autoridad que solo se empleaba en hacerlos infelices. Los principes tributarios, persuadidos a que, habiendo perdido el Rey de las Indias el amor de sus pueblos, había perdido todas sus fuerzas, se preparaban a sacudir el yugo y al llevar la guerra a sus estados.

Entonces un Bracmán llamado Sissa, hijo de Daher, penetrado de las desgracias de su patria intentò hacer abrir los ojos al Principe a los funestos efectos que iba a producir su conducta; pero enseñado por el ejemplo de los que le habian precedido conociò que su lecciòn no serìa ùtil sino tomándola el príncipe por si propia sin advertir que la recibía de otro.


Con este objeto invento el juego del Ajedrez, en que el rey, aunque es la principal de las piezas, no puede atacar, ni aún defenderse de sus enemigos sin el auxilio de sus vasallos y de sus soldados. El nuevo juego se hizo cèlebre muy pronto; el Rey oyò hablar de èl y quiso aprenderlo. El bracmán Sisa fue escogido para enseñárselo, y con el pretexto de aplicar las reglas y de manifestarle con que arte era preciso emplear las otras piezas, le hizo ver y gustar las verdades que había rehusado oir hasta entonces.

El príncipe, nacido con un espíritu y sentimientos virtuosos, que las màximas de los cortesanos no habìan podido sofocar enteramente, se aplicò estas lecciones del filòsofo, y comprendiendo que el amor de los pueblos a su rey hace toda su fuerza, mudò de conducta, y asì evitò las desgracias que le amenazaban; y sensible y reconocido dejò al bracman la elecciòn de la recompensa.

Este pidió que se le diesen los granos de trigo que sumase el nùmero de casas del tablero en esta forma; un grano por la primera casa, dos granos por la segunda, cuatro por la tercera, duplicando asi por las demàs hasta la 64.

Admirado el rey de la cortedad aparente de la petición, se la concediò al instante y sin exàmen: pero habièndola calculado sus tesoreros, hallaron que se habia obligado a una cosa para cuya satisfacción no bastarían todos sus tesoros.

El filosòfo aprovechò tambièn la ocasiòn para dar a entender al Principe cuanto importa a los reyes estar con cuidado contra los que les rodean, y cuanto deben temer que se abuse de sus mejores intenciones”….

Parece que el Ajedrez fue, desde que se inventò, la diversión y el objeto de distracción preferida ò favorita de los reyes y conquistadores, por ver en la marcha combinación de sus piezas un vivo ejemplo de la guerra.

De Tamerlan se sabe que era apasionado por el. Carlomagno tenìa un juego magnìfico de marfil que le regalò Aaroun-al-Ruschild Califa de Bagdad y que se conserva en la Biblioteca Real de Francia.

En el mismo gabinete de antigüedades se guardan otros dos juegos de Ajedrez, uno del siglo IX y otro del siglo XI.

Luis XIII de Francia poseìa un tablero de palo a manera de almohada, en el que se aseguraban las piezas clavando una punta de alfiler que tenian en su base.

En nuestras leyes de Partidas habla de este juego su ilustre autor o promovedor Don Alfonso el Sabio.
Don Juan de Austria tenia una gran sala para tablero, cuyas casas estaban representadas por un pavimento de mármol blanco y negro, y en lugar de piezas se servia del hombres, peones o soldados que hacia mover por las reglas del juego.

Segùn càlculo de algunos matemàticos resulta que para contener la cantidad de granos de trigo que pidió el Bracman Sissa se necesitarìan 16,384 ciudades, que cada una tuviese 1,024 graneros, en cada uno de los cuales habrìa 174,762 medidas de capacidad de 32,768 granos cada una.

Reuniendo todos los granos de trigo que corresponden a cada casita, escaque o división del tablero del Ajedrez, formarían la inmensa cantidad de: 18,446,744,073,709,551,615, granos, los cuales a razòn de 1,800,000 granos por hectòlitro, darian 10,248,191,152,000 hectolitros y estos vendidos a solo 10 francos el hectolitro, valdrían 102,482 millares de cuento.

1 comentario:

  1. Arribe a tu blog buscando otra cosa en youtube y debo reconocer que esta muy bien escrito.

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