Derivase el nombre Cisma de la palabra griega schisma, que significa divisiòn, rotura, escisiòn, separaciòn.
Solo suele usarse el nombre cisma hablando de la separaciòn que resulta por la divergencia de opiniòn entre gentes que profesan una misma religiòn.
Entonces se llaman cismàticos aquellos que se separan o son separados de una comuniòn para formar otra nueva.
Se cuentan en la Iglesia catòlica algunos cismas: los mas considerables son el de Oriente o de los griegos, el gran cisma de Occidente, el de Inglaterra, etc.
El cisma de Oriente empezò en el año 868 por la preeminencia que pretendìa tener el patriarca de Constantinopla Focio sobre el Papa y que dura todavìa, a pesar de las muchas tentativas que se han hecho en varios concilios para la reuniòn de los disidentes con la santa madre iglesia catòlica, apostòlica romana.
Tuvo origen el cisma de Oriente en 1378 entre Urbano VI y Clemente VII, y fue sostenido por los Antipapas sucesores de èste, contra los Papas legìtimos sucesores del primero, hasta el año 1429 en que Martìn V, fue reconocido solamente por Papa y verdadero Jefe de la Iglesia.
El cisma de Inglaterra o Anglicano se formò en 1534 reinando Enrique VIII, el cual despuès de haber adquirido el tìtulo de defensor de la fè que le diò el Sumo Pontìfice por el celo que mostrò contra los luteranos, negò pocos años despuès la autoridad del Papa con motivo de no haber querido aprobar el repudio de su esposa Catalina, viuda que habìa sido de su hermano, para casarse con la cèlebre Ana Bolena; cuyo cisma tomò mayor incremento en tiempo de Eduardo VI, y se renovò y acabò de entronizar en el reinado de Isabel.
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