Se llamaba así al derecho que tenian antiguamente algunos señores jurisdiccionales, para castigar hasta con pena capital en los pueblos y castillos de su dominiol
Para esto solian tener siempre levantadas las horcas en las inmediaciones de sus castillos y a veces hasta dentro del mismo patio de sus fortalezas, manteniendo constantemente a sueldo un verdugo.
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